Productos Abadi, empresa líder dentro de la industria de los alimentos en México, vela por el bienestar físico y mental de la población, con particular foco en lo competente a una dieta y nutrición adecuada.
Cuidar y tratar la salud mental es fundamental, ya que influye en todas las áreas de la vida individual, desde las relaciones personales hasta los hábitos alimenticios. Las emociones no resueltas o el estrés crónico pueden afectar la forma en que nos alimentamos, llevando a comportamientos como la alimentación emocional.
Ésta consiste en utilizar la comida como una forma de manejar o aliviar las emociones en lugar de satisfacer el hambre física. Las personas recurren a los alimentos como una vía de escape o alivio frente a situaciones emocionales difíciles, como el estrés, la ansiedad, la tristeza o la frustración, o incluso como una forma de recompensarse.
Sin embargo, aunque pueda ofrecer un alivio temporal, la alimentación emocional no resuelve los problemas subyacentes. Este tipo de alimentación, aunque inicialmente puede ofrecer consuelo, tiende a generar sentimientos de culpa o arrepentimiento una vez que pasa el efecto momentáneo de alivio.
Las causas son variadas y suelen estar relacionadas con situaciones de estrés o experiencias emocionales intensas. Factores como el estrés laboral, preocupaciones económicas, problemas personales, hábitos adquiridos en la infancia o influencias sociales pueden desencadenar la alimentación emocional.
Caracterizado por su alto sentido de la responsabilidad social empresarial, Productos Abadi refrenda su compromiso de calidad con las y los mexicanos, al ofrecer comidas y despensas nutritivas y balanceadas, bajo los más altos estándares de calidad.
¿Cómo diferenciar el hambre emocional del hambre fisiológica?
Signos del hambre emocional
- Se produce de repente.
- Se siente como si necesitara satisfacerse inmediatamente.
- Se ansían comidas reconfortantes específicas.
- No hay sensación de saciedad incluso con el estómago lleno.
- Provoca sentimientos de culpa, desamparo y vergüenza.
- Llega de forma abrumadora y urgente.
- Se antojan alimentos chatarra o azucarados.
- Se come sin prestar atención.
- No proviene del estómago, sino de un antojo mental.
- Genera arrepentimiento o vergüenza tras comer.
Signos del hambre fisiológica
- Se produce de manera gradual.
- Puede esperar a satisfacerse.
- No se ansían comidas o alimentos específicos.
- No provoca sentimientos negativos tras comer.
- Apetece casi cualquier comida, incluida la saludable.
- Se come conscientemente.
- Hay sensación de saciedad.
- Proviene del estómago, con rugidos o retortijones.
Productos Abadi – ¿Cómo manejar la alimentación emocional?
- Hablar con un profesional para identificar las causas subyacentes de la alimentación emocional.
- Llevar un registro de alimentos y emociones para detectar patrones de comportamiento.
- Comer un desayuno saludable para establecer hábitos alimenticios positivos durante el día.
- Vigilar si el hambre es física o emocional.
- Beber agua y esperar antes de comer para diferenciar entre hambre y sed.
- Incluir suficientes proteínas en la dieta para sentirse lleno por más tiempo.
- Consumir bocadillos saludables entre comidas.
- No privarse de comer innecesariamente, optando por alternativas saludables.
- Practicar la alimentación consciente o mindfulness para estar presente al comer y reconocer las señales del cuerpo.
- Aplicar la alimentación intuitiva, confiando en las señales de hambre y saciedad del cuerpo.
En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, conmemorado cada 10 de octubre, Productos Abadi reconoce su importancia, puesto que mantener una buena salud mental no solo mejora el bienestar general, sino que también ayuda a desarrollar una relación más consciente y equilibrada con la comida, lo que es clave para una vida más saludable.
Por ello, se congratula de implementar políticas que cuiden el bienestar integral de su plantilla laboral, considerando también el componente psicológico. Entre ellas, destacan la flexibilidad de horarios y las capacitaciones sobre manejo de estrés, comunicación y organización laboral.